Hace un tiempo que no escribo. Estaba un poco tomada por el síndrome del "post en blanco". Aún lo estoy, sólo que hoy decidí navegarlo, con ayuda de un viejo mito griego. No sin miedos y unas cuantas dudas.
Cuenta Hesíodo en su Teogonía, que en los orígenes Gaia (la tierra) y Urano (el cielo) vivían indiferenciados. Urano fecundaba una y otra vez a Gaia, pero cada vez que nacía un nuevo hijo o una nueva hija, él los veía deformes y muy lejanos de sus ideales de creación. Por eso no los dejaba nacer, reteniéndolos una y otra vez en el vientre de la madre. Pero un día Gaia, cansada de no poder dar a luz a ninguno de sus hijos, urdió un plan. Talló una hoz y pidió ayuda a sus hijos para castrar a Urano. Sólo Crono, el menor de ellos, aceptó el desafío y castró a su padre mientras yacía con su madre, dando lugar a la creación.
El nacer de lo nuevo nunca es fácil. Tiene que ver con el pasaje de la idea plena a la encarnación siempre limitada, y eso implica un acto de corte. Duro y difícil es abandonar el cómodo regazo materno para verse cara a cara con las propias "deformidades". Pero a través de ese angosto camino parecen llevar algunas creaciones.
Acá estoy entonces, ante la página en blanco, y contra toda resistencia escribo. Algo. No importa qué. Pienso en el acto de Crono, y en su hoz. A veces hay que empezar por cortar por algún lado, aunque cueste, aunque duela. Sigo escribiendo y siento que la línea de cada palabra que se va dibujando sobre el papel se vuelve filosa, corta lo blanco. Lo que aparece no es tan "lindo" como esperaba, pero es algo. Un "algo" que ya no se puede deshacer, un "algo" que ahora está.
Pero me vienen también aquellas palabras de Plotino que escuché una vez: "Regresa a tí mismo y mira: si aún no te ves bello, haz como el escultor de una estatua que ha de salirle hermosa: quita, raspa, pule y limpia hasta que hace aparecer un bello rostro en la estatua. También tú, quita todo lo que sea superfluo, endereza todo lo que es tortuoso, limpia todo lo que esté oscuro, abrillántala y no ceses de "esculpir" tu propia "estatua"".
Crear entonces es también recrear. Lo filoso corta, pero también puede siempre continuar esculpiendo.
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