Ando con unas palabras apretadas en la garganta, se me atascaron en el último post que escribí, se me atascaron al momento de saludar a lo largo del día: feliz navidad, felices fiestas. Uffff, qué peso enorme. Y no sé si quisiera seguir siendo cómplice de hacer circular esa carga demasiado pesada.
Navidad, fiestas: ¿tienen que ser felices? No lo sé. Son ritos de transición y sabemos que las transiciones son todo menos fáciles, aprietan un poquito, y cuando no dan frío, sofocan. Difícil el término medio si es que lo hay.
Asique simplemente desearte que tengas una navidad compasiva, con vos, con quien esté cerca tuyo, y también con quien esté lejos. Que puedas abrazar tus heridas, tus ausencias y tus presencias, acercar tus distancias y alejar tus cercanías demasiado apretadas. Quizás algo también pueda nacer ahí.
Que puedas abrir las manos para recibir lo que llegue, sea cual fuere el disfraz.
Te deseo una compasiva navidad. Y que la felicidad llegue cuando tenga que llegar. 🙏🌷
Romi Scheuschner 🌱
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